La gigante siderúrgica ArcelorMittal ha decidido pausar sus planes de inversión en plantas de reducción directa del mineral de hierro, dejando en suspenso proyectos clave en Gijón. La razón subyacente a esta decisión involucra la percepción de que las condiciones actuales del mercado no son favorables para realizar inversiones rentables en este tipo de instalaciones. Esta noticia llega en un contexto marcado por la incertidumbre económica global y las repercusiones políticas de Estados Unidos.

En una jornada tensa en los mercados, ArcelorMittal encabezó las pérdidas en el índice Ibex 35 poco antes de la tarde del martes. La compañía vio caer sus acciones un 3,51%, alcanzando un valor de 23,06 euros cada una. Este desplome se produjo tras la controvertida amenaza del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de aplicar un arancel del 25% a todas las importaciones provenientes de México y Canadá, así como un incremento adicional del 10% a los productos importados desde China.

Los analistas del mercado, como los de Renta 4, han señalado que esta situación está generando una presión negativa sobre las divisas de México, Canadá y China, contrastando con el clima de estabilidad que había surgido después de la elección de un Secretario del Tesoro de perfil más moderado. Este nuevo escenario ha creado una atmósfera de inquietud en los inversores, que se preguntan si estas intenciones de Trump son un riesgo real o simplemente una táctica negociadora antes de su entrada en funciones en enero.

Al mismo tiempo, el impacto de estas medidas podría tener repercusiones no solo para México y Canadá, sino también para la economía estadounidense. Expertos advierten que aranceles de este tipo podrían privar a EE.UU. de productos esenciales, como la energía proveniente de Canadá. Sin embargo, hasta el momento, no hay indicios de que se consideren aranceles adicionales dirigidos hacia Europa.

En el marco de esta inquietante situación, ArcelorMittal anunció hoy que, tras evaluar el entorno actual, ha decidido no avanzar en su proyecto de planta de reducción directa de mineral de hierro en Gijón. Este proyecto había recibido previamente el visto bueno del Gobierno español, que había otorgado una subvención considerable de 450 millones de euros a través del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica, conocido como Perte.

La compañía enfatizó en un comunicado que los costos asociados a la instalación de plantas de DRI son poco viables en este momento, lo que confirmaría que la producción sería demasiado costosa en comparación con la capacidad de producción existente en China, donde la tecnología es aún más competitiva.

Sin embargo, no todo son malas noticias. ArcelorMittal ha declarado que no solo en España, sino en diversos países, se han presentado planes para invertir en plantas de DRI combinadas con hornos de arco eléctrico, una configuración que permite el uso de hidrógeno, un avance que promete menores emisiones de carbono. Esta estrategia es vista como un primer paso crucial hacia la reducción de la huella de carbono en sus operaciones europeas.

Es importante señalar que los países donde se proyectaban estas inversiones habían ofrecido apoyo financiero para facilitar su implementación, con la aprobación de la Comisión Europea. No obstante, la empresa ha aclarado que cualquier inversión en estos proyectos depende de un conflujo favorable de factores políticos, tecnológicos y del mercado que sirvan para mitigar el creciente costo de capital y operación que implica esta transición hacia la descarbonización. Esto incluye la posibilidad de hacer un uso transitorio de gas natural hasta que el hidrógeno verde se convierta en una alternativa competitiva y accesible.