OVIEDO, 30 de noviembre. En un preocupante suceso que pone de manifiesto la necesidad de una mayor protección y concienciación sobre la violencia contra las mujeres, la Policía Local de Gijón detuvo la pasada medianoche a un individuo identificado como O. I. R., un hombre de 26 años, bajo la acusación de un presunto delito de agresión sexual.

Los hechos tuvieron lugar poco después de las doce de la noche, cuando tres jóvenes decidieron acudir a la Comisaría para denunciar una situación aterradora que había ocurrido minutos antes. Una de ellas había sido perseguida y agredida por un hombre en la avenida de El Llano, un lugar que debería ser seguro para todos.

De acuerdo a la versión de las jóvenes, mientras se dirigían hacia la plaza de Los Fresnos, un hombre que estaba en la acera opuesta comenzó a seguirlas, lanzándoles comentarios de un tono inquietante y sexual. Esta situación escaló rápidamente cuando, en un semáforo entre la avenida y la calle San José, el agresor corrió hacia ellas, intensificando el temor que ya sentían.

Las tres jóvenes, visiblemente con miedo, intentaron escapar; sin embargo, una de ellas fue alcanzada por el atacante. Él se abalanzó sobre ella, profiriendo amenazas alarmantes, como “te voy a meter un palo por el culo”, mientras la sujetaba con fuerza, incluso levantándola del suelo. Este ataque desmedido reveló no solo la crueldad de su comportamiento, sino también el desamparo en el que se encontraban las mujeres.

La joven logró liberarse tras forcejear, pero el hombre intentó nuevamente apoderarse de ella. Fue en ese crítico momento cuando sus dos compañeras regresaron para ayudarla. Al percatarse de que era superado en número, el presunto agresor se hizo el herido, tirándose al suelo e intentando evadir la responsabilidad de sus actos. Este intento desesperado de manipulación permitió a las tres mujeres escapar y buscar ayuda en la Comisaría.

Una vez allí, después de ser identificadas e informadas sobre sus derechos, las jóvenes, visiblemente afectadas y reacias a recibir atención médica, fueron trasladadas a sus hogares en un vehículo policial por los agentes que, conscientes del estado de agitación que mostraban, querían asegurar su bienestar.

Sin embargo, la historia tomó un giro crucial durante el trayecto. Mientras circulaban por la avenida de El Llano, las dos testigos dentro del automóvil reconocieron al sospechoso y comenzaron a señalarlo, gritando “¡Es ese, es ese!” cuando lo vieron cerca del número 22. Al percatarse de la presencia del vehículo de la policía, el hombre intentó dirigirse hacia ellos, pero su comportamiento errático y alterado llevó a los agentes a actuar rápidamente, deteniéndolo por su presunta implicación en la agresión sexual.

Una vez asegurada la detención del sospechoso, los agentes regresaron al hogar de la víctima para informarle sobre la situación. La joven, empoderada por la acción de las autoridades, expresó su firme deseo de presentar una denuncia formal. Así fue trasladada a la Comisaría de la Policía Nacional y, posteriormente, al centro de salud de La Calzada para recibir atención médica, en un paso hacia la recuperación tras una experiencia tan traumática.