En una reciente declaración, el presidente del Gobierno del Principado de Asturias, Adrián Barbón, destacó la relevancia de la Conferencia de Presidentes celebrada en Santander, donde se abordaron temas cruciales para el futuro del país. Barbón subrayó que el encuentro le permitió identificar una clara división dentro del Partido Popular (PP), que se manifiesta en dos grupos con enfoques y actitudes marcadamente distintos.
El mandatario asturiano señaló que, por un lado, algunos líderes del PP, como el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Moreno Morilla, el de Galicia, Alfonso Rueda, y el de Ceuta, Juan Jesús Vivas, han adoptado un tono más conciliador y dialogante. Sin embargo, por otro lado, Barbón criticó a aquellos miembros del partido que, en lugar de construir puentes de entendimiento, se dedican a atacar y descalificar a otras comunidades autónomas, generando un ambiente de tensión innecesaria.
Cuando se le inquirió sobre los nombres de estos líderes que se oponen a una colaboración activa, Barbón se mostró cauteloso y eligió no dar nombres. "Prefiero ser correcto y no señalar a nadie. Siempre es mejor ofrecer una segunda oportunidad", comentó, aunque aprovechó para indicar que ha observado una mayor cordialidad entre los dirigentes más veteranos en contraste con el discurso de rechazo que antes se centraba en una sola figura, pero que ahora se ha diversificado entre más miembros del partido.
A pesar de las dinámicas políticas, Barbón enfatizó que la Conferencia de Presidentes no era el espacio adecuado para tratar la financiación autonómica, un tema que requiere un análisis más técnico y detallado en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF). Sin embargo, no dudó en resaltar la importancia de la solidaridad, pues las intervenciones del presidente de la Generalitat de Catalunya, Salvador Illa, reflejaron un firme compromiso con este principio, así como su defensa de la multilateralidad, un concepto que revisó en varias ocasiones durante su discurso en Santander.
En compañía del consejero de Hacienda y Fondos Europeos, Guillermo Peláez, Barbón se mostró optimista ante el anuncio del Gobierno central de convocar un CPFF en enero para discutir la posibilidad de condonar la deuda acumulada por las comunidades autónomas. Aunque el presidente asturiano no pudo proporcionar cifras exactas sobre cómo esta medida afectaría a Asturias, aseguró que se basará en las pérdidas de ingresos que han sufrido estas comunidades a raíz de la crisis económica.
En un encuentro que, en general, se desarrolló en un ambiente cordial, Barbón mencionó que también se abordó la problemática de la vivienda, reflejando un debate entre los líderes regionales sobre la eficacia de la legislación actual. Barbón apoya la implementación de nuevas normativas, destacando que en Gijón, gobernada por partidos de derechas, ya se ha solicitado la declaración de zonas tensionadas a nivel turístico.
Además, tocando el tema de la inmigración, se posicionó a favor de un ajuste normativo que contemple una perspectiva humanista. En el ámbito de la sanidad, el presidente asturiano se mostró receptivo a los avances que la inteligencia artificial podría traer, así como al aumento de plazas disponibles en este sector.
Finalmente, Barbón compartió dos preocupaciones que considera cruciales: la urgencia de un pacto de estado contra la siniestralidad laboral y la necesidad de establecer una estrategia industrial a nivel europeo para contrarrestar las políticas económicas agresivas de potencias como Estados Unidos y China. Sin embargo, lamentó que nadie más se haya manifestado sobre estos temas durante la reunión, lo que reflejó un desapego generalizado hacia estas cuestiones planteadas, según su apreciación.
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