Duro Felguera sufre una caída del 44% en su regreso a la Bolsa tras dos semanas de suspensión debido a la crisis en Argelia.
La situación de Duro Felguera ha vuelto a acaparar la atención de los mercados, marcando un nuevo capítulo en su convulsa trayectoria empresarial. Este viernes, la firma asturiana de ingeniería se ha visto arrastrada a un fuerte desplome, con sus acciones cayendo por encima del 44% al cierre de la sesión, todo esto solo dos días después de que la compañía anunciara su solicitud de preconcurso de acreedores.
La jornada de hoy concluyó con el valor de las acciones de Duro Felguera situándose en 0,2805 euros, una caída significativa comparada con los 0,504 euros que tenía cuando se suspendió su cotización el 25 de noviembre. Esto representa no solo una dura pérdida para los inversores, sino también una capitalización bursátil de apenas 60,4 millones de euros, reflejando un descenso global cercano al 57% en lo que va del año.
El regreso a la cotización se debió a la reciente decisión de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que levantó la suspensión previa tras recibir información que consideró suficiente sobre las circunstancias que motivaron dicha medida. La suspensión había sido impuesta cuando la compañía tuvo que enfrentarse a un litigio presentado por la empresa energética argelina Sonelgaz, que reclama la reanudación de un contrato en el proyecto de Djelfa y una indemnización que asciende a unos impactantes 413 millones de euros.
En un nuevo giro de eventos, Duro Felguera suministró una carta a la CNMV donde se explican los efectos de este controvertido proyecto en sus estados financieros intermedios, específicamente en las cifras que van hasta el 30 de junio de 2024. Estos datos llevaron a una reexpresión de las cifras del ejercicio 2023, revelando que, en lugar de los beneficios de 1,6 millones de euros que inicialmente se reportaron, la compañía ahora enfrenta pérdidas de 48,8 millones para el período mencionado.
El análisis contable reciente muestra que el resultado en el primer semestre de 2023 se vio gravemente afectado por el proyecto de Djelfa, anotando un impacto negativo de 50,4 millones de euros. Consecuentemente, las pérdidas reexpresadas han dejado claro el contexto financiero desgastante que atraviesa la empresa.
Además, el ajuste contable no ha sido menor. Los datos muestran un incremento en el pasivo de la empresa que alcanzó los 49 y 99 millones de euros, respectivamente, mientras que su patrimonio neto se vio mermado en la misma proporción. Esta situación se debe al nuevo enfoque de contabilidad sobre el proyecto argelino, que considera la ejecución total del mismo, con actualizaciones de costos a pesar de no recibir ningún tipo de compensación por parte de Sonelgaz desde 2021 y enfrentando una penalización que se encuentra en disputa.
Así se concretiza el regreso de Duro Felguera al parqué, en un contexto que no es más que el preludio de conversaciones complejas. La empresa ha tramitado su solicitud de preconcurso de acreedores en los Juzgados Mercantiles de Gijón, buscando abrir un canal de negociación que permita la creación de un plan de reestructuración viable, orientado a salvaguardar la mayor parte de los puestos de trabajo en su plantilla.
Esta nueva fase de comunicación con los acreedores apunta a buscar soluciones concretas a los litigios que más la afectan, centrándose especialmente en el proyecto de Djelfa en Argelia. A pesar de las adversidades, Duro Felguera se ha comprometido a continuar con su actividad normal, asegurando la ejecución de los proyectos en los que actualmente se encuentren trabajando.
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