El número de ataques del lobo a la cabaña ganadera asturiana ha aumentado un 12% en 2022 en comparación con el año anterior, según datos de la Consejería de Medio Rural. En total, se registraron 3.115 ataques, en comparación con los 2.721 del año anterior. El ganado bovino fue el más afectado, con 962 ataques, seguido de los equinos con 1.046 ataques, los ovinos con 837, los caprinos con 271 y los perros con 4 ataques.

Este incremento en los ataques del lobo ha llevado a un aumento en el importe de las indemnizaciones por daños, que pasaron de 784.192 euros en 2021 a cerca de un millón de euros en 2022 (927.211 euros, concretamente).

El informe también revela que el número de manadas de lobos ha aumentado, pasando de 20 a 40 en dos años, de las cuales 35 se consideran grupos reproductores.

La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, expresó su disposición a flexibilizar la política de protección del lobo debido al impacto que está teniendo en la ganadería en algunas zonas de la Unión Europea. Esta postura coincide con la del Gobierno del Principado de Asturias, que desde el principio se ha opuesto a incluir al lobo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre), según anunciaron en una nota de prensa.

El informe enviado por el Gobierno del Principado responde a una sugerencia de la presidenta de la Comisión Europea y proporciona información detallada sobre la evolución de la especie en la región. El documento incluye los últimos censos de lobos y los detalles de los daños causados por ellos entre 2017 y 2021. También se acompaña de un informe sobre el marcaje de los lobos en 2022, que destaca el buen trabajo realizado por la consejería y sitúa a Asturias como la comunidad autónoma que mejor ha estudiado a esta especie.

El Gobierno del Principado mantiene su posición de que el lobo sea retirado del Lespre y argumenta que el rigor científico y profesional de los estudios justifica la necesidad de controlar la población de la especie.