"Rossy de Palma: 'La fidelidad a la esencia es clave', al recibir el Premio Isaac del Rivero en el FICX"
La talentosa actriz Rossy de Palma ha reivindicado este viernes en Gijón su conexión con el arte y la naturalidad, contrastándolo con la rigidez que a menudo imponen los guiones. En un evento que llamó la atención sobre la importancia de convertir los errores en oportunidades artísticas, De Palma subrayó la riqueza de la autenticidad en la actuación.
En una rueda de prensa celebrada horas antes de ser galardonada con el Premio Isaac del Rivero durante la inauguración de la 62 edición del Festival Internacional de Cine de Gijón/Xixón (FICX), la actriz destacó que lo verdaderamente importante para ella no es únicamente el contenido de sus palabras, sino la forma en que las expresa. “Uno tiene que ser fiel a su esencia”, afirmó con convicción.
A pesar de estar en el centro de la atención, De Palma reveló su visión de sí misma: “No me siento actriz, me siento más una artista intérprete.” En un guiño a sus orígenes asturianos, recordó que, aunque nació en Palma de Mallorca, sus raíces provienen de padres avilesinos y que siempre ha pasado parte de su vida en Asturias, un lugar que atesora profundamente.
La actriz hizo hincapié en que “el gen asturiano no lo hemos perdido,” enfatizando su constante regreso al Principado, incluso junto a sus hijos. Con una sonrisa, dijo: “Esta nariz es más ADN vasco,” destacando el sentido del humor que la caracteriza.
Si bien mencionó que sus padres están “contentos” por el reconocimiento que recibe en Gijón, De Palma advirtió que no le dan demasiada importancia a este tipo de honores. En una reflexión sobre sus raíces familiares, enfatizó que proviene de un linaje donde, aunque sus padres no eran artistas, “tenían mucho arte”. Este legado, sumado a un fuerte “ADN social” que comparte con su familia, ha influido en su vida y carrera.
En una reveladora confesión, la actriz expresó su deseo de dirigir un día un largometraje que aborde la violencia de género, un tema personal que le toca de cerca. "He podido profundizar en lo que sucede a hombres y mujeres en la sociedad," subrayó, soltando su frustración ante la impotencia que a menudo siente al respecto. “Me siento muy impotente la mayoría de las veces,” admitió, reconociendo la urgencia de tratar estos temas en el ámbito artístico.
En su análisis sobre el momento actual, De Palma estableció un paralelismo con la política internacional, sugiriendo que vivimos en una “hiperrealidad” desde la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. “No nos lo podemos creer,” comentó, contrastando la falta de modelos heroicos en la actualidad con la saturación de “villanos” que parecen dominar el panorama mediático. Para ella, "el arte es la única tabla de salvación que tenemos" en estos tiempos complicados.
En clave irónica, la actriz destacó que el programa de televisión First Date ha hecho más por la integración social que muchas campañas de sensibilización, al presentar a personas de diversas procedencias. “Las mentes que no son inteligentes son rígidas y llenas de certezas equivocadas,” lamentó, dejando claro su deseo de fomentar un pensamiento más abierto y comprensivo.
Reiterando su identificación como artista más que como tradicional actriz, De Palma añadió que le fascinan las experiencias accidentales que pueden transformar la vida cotidiana en arte. Mencionó su creencia en que “todos somos artistas potenciales”, y expresó su desdén hacia los artistas que se dejan llevar por la vanidad.
En un tono más ligero, también abordó su relación con el programa de Jesús Calleja, en el que explorará el espacio, bromeando: “Conmigo no cuentes,” revelando una amistad cercana con el presentador. Sin embargo, mostró interés en un proyecto relacionado con el mundo indígena, reflexionando sobre la conciencia de cuán pequeños somos ante la inmensidad de la naturaleza.
Al tocar el tema del racismo, De Palma relacionó su experiencia personal con su apariencia física, señalando que su nariz, que ha sido objeto de críticas, le enseñó mucho sobre la discriminación. “Frente a ello, defiendo la belleza que existe en la diversidad,” afirmó con firmeza, aunque subrayó que hay prácticas culturales inaceptables, como la ablación o las corridas de toros.
Recordando sus inicios en el cine y su colaboración con Pedro Almodóvar, relató algunas anécdotas divertidas del rodaje. “El cine es una mentira para contar una verdad,” destacó, reflexionando sobre su trayectoria, especialmente en la época de la Movida Madrileña, donde admitió haberse sentido “muy moderada” a pesar del contexto de exceso. Para ella, “expresarse era una necesidad vital” y jamás fue su objetivo hacerse famosa, sino comunicar su arte de manera auténtica.
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