El reino de Asturias tuvo sus inicios en el año 718, justo después de la invasión musulmana de la península ibérica. Tras la derrota del rey Rodrigo en la batalla de Guadalete, la mayoría de la península cayó bajo el dominio musulmán, a excepción de algunas zonas del norte, entre ellas Asturias. Fue allí donde un noble visigodo llamado Pelayo lideró la resistencia contra los invasores y se convirtió en el primer rey del reino de Asturias.
Uno de los momentos más emblemáticos en la historia del reino de Asturias fue la batalla de Covadonga, que tuvo lugar en el año 722. En esta batalla, el ejército asturiano liderado por Pelayo se enfrentó a las fuerzas musulmanas que intentaban conquistar la región. A pesar de estar en clara desventaja numérica, los asturianos lograron una victoria sorprendente que marcó el inicio de la Reconquista en la península ibérica.
La batalla de Covadonga es considerada un hito en la historia de España, ya que no solo significó la primera victoria cristiana sobre los musulmanes, sino que también sentó las bases para la posterior reconquista de la península ibérica. A partir de ese momento, el reino de Asturias se convirtió en un bastión de resistencia cristiana en el norte de la península, y poco a poco fue expandiendo su territorio y consolidando su poder.
Tras la victoria en Covadonga, el reino de Asturias comenzó a crecer y a fortalecerse. Los sucesores de Pelayo continuaron la lucha contra los musulmanes y lograron ampliar sus fronteras hacia el sur. Además, se estableció la capital del reino en Oviedo y se construyeron importantes edificaciones como la iglesia de San Julián de los Prados, que hoy en día es considerada uno de los principales ejemplos de arte prerrománico en España.
A pesar de su corta duración, el reino de Asturias dejó un legado importante en la historia de España. Además de haber sido el punto de partida de la Reconquista, también sentó las bases para la formación de otros reinos cristianos en la península como León, Castilla y Aragón. Asimismo, la resistencia asturiana contra los musulmanes contribuyó a mantener viva la cultura cristiana en la península ibérica y a preservar la identidad hispana en medio de la dominación musulmana.
A día de hoy, la batalla de Covadonga sigue siendo recordada como un símbolo de resistencia y unidad en Asturias. Cada año, miles de personas acuden al santuario de Covadonga para conmemorar la victoria asturiana sobre los musulmanes y rendir homenaje a aquellos que lucharon por preservar la identidad cristiana en la región. La batalla de Covadonga ha pasado a formar parte del imaginario colectivo de los asturianos y ha sido fuente de inspiración para numerosas obras artísticas y literarias que exaltan el valor y la determinación de aquellos que participaron en aquella gesta histórica.