En el contexto de la Guerra Civil Española, la sublevación militar en Asturias tuvo sus propios antecedentes que contribuyeron a que esta región se convirtiera en uno de los escenarios clave del conflicto. Asturias era una de las zonas más industrializadas de España, con una fuerte tradición obrera y una importante presencia del movimiento sindical y socialista. Esto creó un caldo de cultivo propicio para las tensiones políticas y sociales que desembocarían en la sublevación militar.
Uno de los eventos clave que marcó el camino hacia la sublevación militar en Asturias fue la revolución de Octubre de 1934. En respuesta a la llegada al poder de la CEDA, un partido de extrema derecha, los sindicatos y partidos de izquierda en Asturias organizaron una huelga general y una insurrección armada. La revolución fue sofocada por las fuerzas gubernamentales, pero dejó un profundo resentimiento en la región, que se mantuvo latente durante los años siguientes.
Tras la victoria del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936, Asturias se convirtió en un bastión de la izquierda y del republicanismo. Por otro lado, los sectores conservadores y monárquicos se sentían cada vez más amenazados por el avance de las fuerzas de izquierda. Esta polarización política en Asturias preparó el terreno para la sublevación militar que se avecinaba.
La sublevación militar en Asturias estalló el 18 de julio de 1936, coincidiendo con el inicio de la Guerra Civil Española. Las fuerzas sublevadas, lideradas por el general Francisco Franco, contaban con el apoyo de gran parte del ejército, la burguesía y la Iglesia. Sin embargo, en Asturias se encontraron con una fuerte resistencia por parte de la población civil y de las milicias obreras organizadas.
La resistencia en Asturias se organizó rápidamente ante la sublevación militar. Las milicias obreras tomaron el control de las principales ciudades y zonas industriales de la región, creando un frente de resistencia contra las fuerzas sublevadas. La lucha en Asturias se prolongó durante meses, con intensos combates en las calles y en las montañas.
Uno de los episodios más trágicos de la sublevación militar en Asturias fue el bombardeo de Gijón por la aviación franquista. El bombardeo causó numerosas víctimas civiles y destruyó gran parte de la ciudad, dejando una profunda huella en la memoria colectiva de los asturianos. A pesar de esta brutalidad, la resistencia en Asturias no se quebró y la lucha continuó con tenacidad.
La sublevación militar en Asturias tuvo importantes consecuencias tanto a nivel local como en el contexto de la Guerra Civil Española. Por un lado, la resistencia en Asturias demostró la capacidad de movilización y organización de las fuerzas obreras y populares, sentando un precedente para la lucha antifranquista en los años posteriores. Por otro lado, la represión franquista en Asturias fue especialmente dura, con numerosas ejecuciones y represalias contra los combatientes y la población civil.
Muchos asturianos que participaron en la resistencia contra la sublevación militar tuvieron que exiliarse tras la victoria de Franco. Muchos de ellos encontraron refugio en países como Francia, México o la Unión Soviética, desde donde continuarían la lucha contra el régimen franquista. La memoria de la sublevación militar en Asturias sigue viva en la actualidad, como un símbolo de la lucha por la libertad y la justicia.