Madrid, 25 de abril. Este viernes, las acciones de Indra comenzaron la jornada con una notable caída del 1,1%, situándose en 27,26 euros por acción, liderando las pérdidas en el selectivo español, el Ibex 35. Esta desvalorización se produce en medio de la noticia de que la compañía está considerando una fusión con Escribano Mechanical and Engineering (EM&E). Poco después de la apertura, alrededor de las 9:15 horas, la caída se agravó hasta cerca del 4%, con las acciones cotizando a 26,56 euros.
Para explorar esta posible fusión, Indra ha decidido contratar a la consultora KPMG. Sin embargo, desde EM&E se han apresurado a aclarar que no tienen intención de poner la empresa en venta, según fuentes de Europa Press.
Es crucial mencionar que EM&E es el segundo mayor accionista de Indra, con un 14,3% de su capital, sólo superado por el Gobierno español, que, a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), posee un 28% de la compañía.
Desde el 19 de enero, Ángel Escribano ostenta la presidencia de Indra. Él es propietario del 50% de EM&E, mientras que su hermano, Javier Escribano, encabeza la firma Escribano Mechanical & Engineering y controla la otra mitad de dicha compañía.
En este contexto, Indra ha encargado a KPMG realizar una investigación exhaustiva que examine la viabilidad de una fusión con EM&E, lo que podría implicar una permuta de acciones en lugar de una compra directa, según han indicado las mismas fuentes.
A pesar de las especulaciones, el presidente de EM&E, Javier Escribano, quien también forma parte del consejo de Indra, fue claro en sus declaraciones a 'El Periódico', afirmando que “la empresa Escribano no está en venta y, por supuesto, vale mucho más de 1.000 millones”, en respuesta a las cifras de valoración que circulan en los medios.
La potencial fusión con EM&E permitiría a Indra expandir su portfolio en el sector del armamento, un área que ya había despertado su interés. EM&E es notable por desarrollar equipamiento como torretas para tanques y vehículos blindados, un sector donde también participa Indra, junto a otras compañías, en el concurso por contratos militares significativos, como la fabricación de los vehículos 8x8 Dragón y del Vehículo de Apoyo Cadenas (VAC), contratos que rondan los 2.000 millones de euros cada uno.
Indra ha dado un paso más al crear una nueva filial dedicada a la fabricación de vehículos militares, Indra Land Vehicles, y ha manifestado su intención de adquirir la planta de Santa Bárbara Sistemas en Trubia (Asturias), donde se producen los 8x8 Dragón. Sin embargo, se ha topado con la negativa de General Dynamics, lo que ha llevado a Indra a buscar la compra de la planta de Duro Felguera en Gijón para adaptarla a la producción de blindados.
Además, se espera que Indra sea uno de los motores del aumento del gasto militar en España, dado el reciente anuncio del Gobierno de un incremento de la inversión en defensa de 10.471 millones de euros.
Indra también ha ampliado su actividad en el ámbito de la defensa a la esfera aeroespacial, lo que se ha concretado con la adquisición de un 89,68% del operador satelital Hispasat por 725 millones de euros. Sin embargo, la empresa ha señalado que su interés principal se centra en hacerse con el control de Hisdesat, la división de satélites militares.
Otra posibilidad que se encuentra en el radar de Indra es aumentar su participación en ITP Aero, una empresa vasca fabricante de motores para aviones, de la cual ya posee un 9,5%. Ángel Escribano destacó en febrero durante la presentación de los resultados del año financiero 2024 que ITP es “un anhelo” para Indra y no descartó una futura adquisición, especialmente cuando Bain Capital, que controla el 69,5% de ITP Aero, decida desinvertir su participación.
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