El CEO de ArcelorMittal, Aditya Mittal, ha expresado su gratitud hacia las ayudas proporcionadas por los gobiernos, pero ha señalado que, a pesar de estas, todavía no se perciben las condiciones necesarias para realizar inversiones significativas en nuevas instalaciones de reducción directa del mineral de hierro (DRI) en España, específicamente en Gijón, Asturias. A pesar de que el Gobierno español les ofreció una subvención de 450 millones de euros a través de un programa estratégico para la descarbonización, Mittal mantiene que la rentabilidad de dichos proyectos sigue siendo incierta.

En un comunicado emitido este lunes, ArcelorMittal declaró que las condiciones actuales no son favorables para las inversiones en tecnología DRI. La razón principal radica en que estos procesos resultan más costosos y que la tecnología necesaria no es competitiva, especialmente en un contexto donde la producción de acero en China continúa dominando el mercado global.

La multinacional ha indicado que en diversas naciones, además de España, están evaluando planes de inversión en plantas combinadas de DRI y hornos de arco eléctrico, técnicas que son compatibles con el uso de hidrógeno. Este enfoque promete reducir las emisiones de carbono y sustituir los hornos altos en sus instalaciones europeas, marcando un primer paso crucial hacia la descarbonización. Sin embargo, dichas inversiones solo se consideraron viables bajo un escenario que implique avances en áreas políticas, tecnológicas y de mercado que puedan neutralizar el impacto de los crecientes costes de capital y operativos asociados con esta transición.

Desde ArcelorMittal han señalado que la evolución del entorno político y energético en Europa no ha sido la esperada, particularmente en lo que respecta al hidrógeno verde, cuyo desarrollo se ha ralentizado considerablemente. Además, la utilización de gas natural como fuente de energía provisional para la producción de prerreducidos de hierro en Europa aún no es competitiva, lo que agrava la situación.

Otro punto crítico discutido por la compañía es la falta de mecanismos adecuados que compensen los costes más bajos de producción en otros países. Según Mittal, el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (CBAM) presenta “importantes deficiencias” y es fundamental fortalecer las medidas de protección comercial para hacer frente a la sobrecapacidad de producción en China. Además, destacan que hay una escasa disposición de los clientes a aceptar un sobrecoste por adquirir acero con emisiones reducidas.

Antes de tomar decisiones definitivas sobre sus inversiones, ArcelorMittal subraya la necesidad de obtener mayor claridad respecto al entorno político. Este entorno debe garantizar que la producción siderúrgica que incurre en mayores costes pueda ser competitiva a nivel europeo, especialmente en ausencia de un precio global del carbono.

Sin embargo, ArcelorMittal también ha detallado que anticipa “pasos importantes” en su estrategia de descarbonización a partir de 2025. Esto incluye la revisión del CBAM, además de otras medidas orientadas a la protección del sector, todo en marco de su Plan de Acción para el Sector Siderúrgico y Metalúrgico. Una vez que se implementen estas iniciativas, la empresa está convencida de que contarán con base suficiente para argumentar la viabilidad económica de sus inversiones en descarbonización en Europa.

Mientras se desarrollan estas condiciones, la compañía continúa con trabajos de ingeniería y una estrategia gradual, comenzando por la instalación de hornos de arco eléctrico que también podrán utilizar chatarra, contribuyendo a una reducción significativa de emisiones.

ArcelorMittal ha reafirmado su compromiso con la descarbonización de sus operaciones y su objetivo de alcanzar cero emisiones netas para 2050. Entre las acciones llevadas a cabo en Europa, se destaca el inicio en mayo de la construcción de un horno de arco eléctrico en su planta de Productos Largos en Gijón, que tendrá una capacidad de producción de 1,1 millones de toneladas anuales y se prevé que reduzca un millón de toneladas de CO2 equivalente.

Asimismo, la empresa está logrando avances notables en su planta de Productos Planos en Sestao, donde planea aumentar la producción a 1,6 millones de toneladas anuales. Esta expansión permitirá que gran parte de la capacidad de la planta esté destinada a fabricar su acero XCarb, un material reciclado y renovable con bajas emisiones de carbono.

En el ámbito de la sostenibilidad, ArcelorMittal sigue a la vanguardia del mercado con su acero XCarb, cuya huella de carbono se ha reducido a 300 kilos de CO2 equivalente por tonelada producida, con miras a duplicar el volumen de ventas de este material, alcanzando unas 400.000 toneladas en 2023.

A pesar de las dilaciones en las decisiones de inversiones, la empresa asegura que esto no comprometerá su capacidad de atender la demanda de acero con bajas emisiones, gracias al proyecto de remodelación en Sestao, que incrementará significativamente su capacidad para producir estos materiales ecológicos.

Desde 2018, ArcelorMittal ha logrado una reducción del 28,2% en sus emisiones totales en Europa, influenciada por la caída en la demanda. De cara al futuro, la empresa reafirma su compromiso con tecnologías que permitan una transición hacia un proceso siderúrgico con emisiones casi nulas, incluyendo la captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS), aunque también se prevé que esta tecnología no tenga un impacto significativo hasta después de 2030.

Actualmente, ArcelorMittal cuenta con una instalación de CCU a gran escala en Gante, Bélgica, y está llevando a cabo dos proyectos piloto en la misma ciudad, además de otro en Dunkerque, Francia, que ha tenido éxito recientemente.

En sus declaraciones, Aditya Mittal agradeció el apoyo de diferentes gobiernos y resaltó la necesidad de un marco regulatorio adecuado que facilite nuevas inversiones. “Nos hubiera gustado avanzar más rápido, pero la realidad es que el marco regulatorio aún no está establecido”, afirmó. Mittal confía en que las decisiones políticas de 2025 proporcionarán la claridad necesaria para guiar el camino hacia la descarbonización de las instalaciones de la empresa.