El PP señala el comunicado de ArcelorMittal como evidencia de la inacción de los gobiernos central y regional.
El 26 de noviembre en Oviedo, el ambiente político se ha intensificado tras las declaraciones del diputado del Partido Popular (PP) en la Junta General del Principado de Asturias, Rafael Alonso. En un pronunciamiento detallado, Alonso ha centrado sus críticas en el reciente comunicado de ArcelorMittal que descarta, por el momento, cualquier inversión en plantas de reducción directa de hierro (DRI), como la que se había planeado en Gijón. Según él, esta situación evidencia una "desidia" por parte del Gobierno central, encabezado por el socialista Pedro Sánchez, además de la "complicidad" del Gobierno asturiano dirigido por Adrián Barbón.
Alonso, a través de un comunicado de su partido, resaltó que la notoria suspensión de los proyectos DRI no hace más que corroborar las advertencias que la propia empresa había estado comunicando. A su juicio, ArcelorMittal solo ha encontrado "desidia, desprecio y negligencia" desde el Gobierno de Sánchez, quien posee la autoridad para regular las tarifas eléctricas y asegurar tanto la estabilidad de precios como el suministro energético esencial para el desarrollo industrial.
El diputado no se detuvo ahí y llevó la crítica al Gobierno de Asturias, cuestionando la afirmación de que estaban al tanto de todos los avances respecto al proyecto DRI en Gijón. También cargó contra la Delegada del Gobierno en Asturias, Adriana Lastra, quien había insinuado que se avecinaban "buenas noticias" en relación con ArcelorMittal. Alonso planteó interrogantes sobre la transparencia en las comunicaciones, sugiriendo que tanto Lastra como Barbón podrían no haber tenido información precisa o, en el peor de los casos, estar tratando de engañar a la población asturiana al ocultar la verdadera situación de la empresa.
La situación ha generado una reacción similar en otros sectores políticos. Adrián Pumares, secretario general de Foro Asturias y diputado del Grupo Mixto, ha manifestado su preocupación por las implicancias de esta noticia en la competitividad del Principado. Según él, las "señales de alarma" lanzadas por ArcelorMittal reflejan una realidad preocupante, y ha expresado su inquietud sobre el futuro de una empresa que es crucial no solo para el empleo, sino también para la generación de riqueza, el impacto en el PIB, y la autoestima de los asturianos.
Pumares ha reiterado la urgencia de activar estrategias que ofrezcan garantías de competitividad a la multinacional, haciendo un llamado a los responsables de gestionar la economía regional. En un contexto donde la incertidumbre parece dominar, su mensaje apela a la necesidad de medidas proactivas para salvaguardar el futuro industrial de Asturias.
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