En un informe reciente, la organización ambiental WWF ha evaluado las políticas de conservación del lobo en diferentes comunidades autónomas españolas, revelando que únicamente Cataluña está avanzando en la dirección correcta. Esta revelación suscita una reflexión crítica sobre la situación actual del lobo ibérico y las acciones de diversas regiones para asegurar su preservación.
Según el análisis, regiones como Andalucía, Aragón y Castilla-La Mancha ejecutan políticas que han sido calificadas como "insatisfactorias" en términos de conservación de la especie. El estudio titulado '¿Hacia la coexistencia o el conflicto? Análisis de las políticas autonómicas para la conservación del lobo', expone esta preocupante realidad, al tiempo que destaca la urgente necesidad de mejorar los enfoques existentes en otras comunidades como Castilla y León, Asturias y Galicia.
El informe subraya que la única comunidad que muestra un compromiso real y efectivo con la conservación del lobo es Cataluña. En este contexto, Luis Suárez, responsable del Departamento de Conservación en WWF, ha enfatizado que la caza de lobos no resuelve los problemas; por el contrario, solo intensifica el conflicto social sobre esta cuestión. Suárez aboga por un cambio de enfoque que centre los esfuerzos en mitigar los daños que los lobos causan, en lugar de buscar su exterminio.
El análisis abarca elementos cruciales como la prevención de daños al ganado y la compensación por pérdidas. Si bien se reconoce que hay muestras de progreso en la compensación económica a los ganaderos afectados, Suárez señala que estos avances son aún insuficientes. En particular, se destaca que Cataluña es la única región que ha adoptado medidas efectivas, mientras que otras comunidades con historia de presencia de lobos parecen rezagadas.
Suárez también ha apuntado que, a pesar de los recursos económicos disponibles, carecen de una adecuada gestión y transparencia en su uso, lo que impide resultados efectivos. Además, criticó la falta de estrategias concretas para apoyar a la ganadería extensiva, un punto esencial para la coexistencia con el lobo.
Otro aspecto relevante del estudio es la débil valoración de comunidades tradicionalmente vinculadas al lobo, como Asturias y Cantabria, en relación al apoyo público para implementar medidas preventivas. Estas intervenciones, que incluyen el uso de perros guardianes y vallados, podrían reducir drásticamente los ataques a los rebaños.
Desde WWF se expresa preocupación por la percepción pública respecto al estado de la población de lobos, aclarando que no existe el aumento exponencial en su número que algunos sostienen. Suárez afirma que las cifras son manipuladas y que, en la realidad, la población de lobos no es tan extensa como se ha hecho creer.
Para abordar la situación del lobo ibérico de manera efectiva, WWF hace un llamado al Ministerio para la Transición Ecológica. La organización solicita la creación de criterios comunes y una mejor información sobre los daños al ganado, así como una adecuada asignación de fondos a las comunidades autónomas para el desarrollo de políticas de conservación.
Entre las recomendaciones, subrayan la necesidad de fortalecer la financiación para medidas de prevención en la ganadería, establecer sistemas de compensación justos y ágiles, y fomentar la colaboración entre todos los sectores involucrados en la conservación del lobo. La lucha contra el furtivismo también es una prioridad que debe reforzarse.
Finalmente, WWF exige la creación de una Estrategia Estatal para la Ganadería Extensiva, resaltando que solo a través de una voluntad política real se podrá asegurar un futuro en el que lobos y ganaderos puedan coexistir. La organización concluye pidiendo una colaboración más estrecha entre el Gobierno y las comunidades autónomas para garantizar el apoyo necesario a los ganaderos y facilitar la recuperación del lobo en los ecosistemas españoles.
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