
OVIEDO, 4 de junio.
El mes de mayo en Asturias se ha catalogado como "normal" en términos meteorológicos, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Durante este mes, la temperatura media en la región alcanzó los 13,1 grados centígrados, un leve aumento de 0,2 grados en comparación con el promedio histórico de 12,9 grados registrado entre 1991 y 2020.
Las temperaturas máximas diarias mantuvieron una estabilidad notable, mientras que las mínimas se incrementaron en 0,5 grados, aportando un aire más cálido a las noches asturianas.
Referente a las lluvias, mayo también se consideró "normal" en el ámbito regional. Se contabilizaron 93,3 litros por metro cuadrado, apenas un cambio respecto a la media de 93,2 litros en el mismo mes del periodo de referencia de 1991 a 2020, marcando una diferencia del 0% respecto a lo habitual.
El actual año hidrológico, que abarca desde octubre de 2024 hasta mayo de 2025, se presenta como bastante seco, con solo 869,0 litros por metro cuadrado, lo que representa un descenso del 15% en comparación con las cifras promedio de 1018,4 litros del mismo periodo entre 1991 y 2020. Este se erige como el duodécimo octubre-mayo más seco de los registros que abarcan desde 1961 hasta 2025.
El informe de Aemet destaca que mayo se caracterizó por su variabilidad climática, como es típico en la primavera. Al comienzo del mes, las temperaturas fueron inusualmente altas, pero a partir del 5 de mayo, un frente frío que se desplazó desde el norte, seguido de una corriente de aire polar, provocó un descenso notable en las temperaturas en toda la región.
Los días siguientes se alternaron periodos de altas y bajas presiones, con vientos provenientes de diversas direcciones, lo que contribuyó a fluctuaciones en la temperatura media, que se mantuvo por debajo de lo normal hasta el día 16. Sin embargo, entre el 20 y el 29 de mayo, se impuso un patrón anticiclónico con vientos del noreste, resultando en escasas precipitaciones.
El 18 y el 30 de mayo, tormentas eléctricas dejaron un considerable número de descargas, aunque las lluvias fueron escasas el último día del mes. A finales de mayo, se registraron temperaturas significativamente más altas de lo habitual, especialmente en el interior, debido a la influencia de una dorsal que trajo consigo un aire cálido y seco sobre la península Ibérica.
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