OVIEDO, 13 de noviembre. La Junta General del Principado de Asturias ha mostrado un frente unido en la defensa de políticas inclusivas al rechazar, de manera unánime, la Proposición no de ley (PNL) presentada por el Grupo Parlamentario Vox, que abogaba por un giro radical en la política migratoria del gobierno regional.
La portavoz de Vox, Sara Álvarez Rouco, fue la encargada de argumentar a favor de una iniciativa que buscaba implantar una serie de medidas que desmantelarían la política de puertas abiertas hacia la inmigración ilegal. Esta propuesta fue rápidamente desechada por todos los grupos presentes en la cámara, incluyendo al Partido Socialista (PSOE), al Partido Popular (PP), así como por miembros del Grupo Mixto, como Adrián Pumares y Covadonga Tomé.
La intención de Vox era clara: instar al Consejo de Gobierno del Principado a rechazar lo que consideran una "política de puertas abiertas" promovida por PP y PSOE y exigir la expulsión inmediata de los inmigrantes ilegales que residen en la región. También pretendían cerrar los centros de acogida que ya operan y crear un clima de hostilidad hacia las ONG que ayudan a las personas migrantes.
Asimismo, el grupo de derecha propuso declarar a Asturias como una región que no apoyaría a las organizaciones que colaboran con los traficantes de personas, además de redirigir fondos destinados a la integración de inmigrantes hacia la repatriación de estos a sus países de origen, o incluso, a Bruselas, en un intento de criticar a las élites europeas que, según ellos, promueven la llegada de estas personas.
En este mar de disputas, Xabel Vegas, portavoz de IU-Convocatoria por Asturias, no escatimó en descalificaciones, describiendo la propuesta de Vox como "un catálogo de disparates, de inspiración fascista, y con medidas que son hasta ilegales". Por su parte, el diputado del PP, Manuel Cifuentes, quizás un tanto más cauto, señaló la necesidad de tener un debate serio sobre inmigración, aunque criticó la falta de tal enfoque en la propuesta de Vox, calificándola de populista.
En esa misma línea, la diputada socialista Ana González Cachero fue contundente al calificar a Vox de "racista, xenófobo y aporófobo". En su intervención, les acusó de presentar lo que ella consideró "un tratado de manual del perfecto xenófobo", evidenciando cómo su discurso alimenta la desinformación y los bulos en la sociedad. Para González, las propuestas de Vox no solo son problemáticas, sino que también representan un ataque directo a los derechos humanos.
A pesar de que el PP en la Junta no tomara el "marco migratorio" que Vox proponía, González lamentó que en otras comunidades autónomas sí se estén "comprando" esas ideas. Este rechazo colectivo a la retórica xenófoba y deshumanizadora aboga por una Asturias que busca construir puentes, no muros.
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