Finalizado el juicio por estafa a una anciana en Trubia (Oviedo), se espera la pronta decisión judicial.
OVIEDO, 25 Ene. (EUROPA PRESS) - El juicio a dos acusados de estafar a una mujer mayor en Trubia, Oviedo, ha concluido y ahora está pendiente de sentencia. La Fiscalía solicita 18 meses de prisión para los acusados, mientras que el abogado de la mujer, David Gato de Bauche Abogados, pide dos años de cárcel.
La víctima no pudo prestar declaración debido a su deterioro físico y cognitivo, teniendo en cuenta que los hechos ocurrieron en 2019 y la edad avanzada de la mujer. Sin embargo, su nieta sí declaró y corroboró los hechos denunciados.
Según el escrito del fiscal, la mujer, nacida en 1946, vivía sola en Trubia hasta al menos mayo de 2019. Sufría una disminución de su capacidad de discernimiento y alteraciones en sus funciones ejecutivas debido a un deterioro cognitivo, además de dificultades de comunicación por problemas de audición que solo se resolvían parcialmente con audífonos.
En septiembre de 2017, varios distribuidores o comerciales de una empresa desconocida visitaron el domicilio de la mujer ofreciendo diferentes productos. El 7 de septiembre de ese año, lograron venderle una enciclopedia de 12 tomos de Medicina Natural, una tablet, una base magnética, un sistema de masaje y presoterapia para pies, un cómic de doce tomos de Mortadelo, un pack de turmalina, un generador de ozono y un reloj por un total de 2.628,60 euros. El pago debía realizarse en treinta y ocho cuotas mensuales de 67,40 euros.
El 16 de mayo de 2019, los dos acusados, administrador y empleado de otra empresa, acudieron de común acuerdo a la vivienda de la mujer. Uno de ellos había trabajado anteriormente para la empresa anterior y sabía que la mujer estaba pagando a plazos el precio de los productos adquiridos.
Mientras uno de los acusados permaneció fuera del domicilio, el otro aprovechó la situación de que la víctima vivía sola y que nadie supervisaba su disposición de dinero para gastos inusuales o importantes. Además, sabía que debido a sus características personales, la mujer era especialmente influenciable o manipulable. Convenció a la mujer para que pagara 1.300 euros en efectivo y así liquidar la deuda que tenía con la primera empresa, evitando de esta forma el aumento de los intereses que estaba pagando por la financiación.
Siempre según el relato del fiscal, el acusado le prometió a la mujer que recibiría varios productos, aunque sabía que no se ajustaban a sus necesidades y que algunos eran completamente inútiles para ella. Estos productos incluían un surtido de ibéricos, un reloj, un set de sartenes y una colección de sistemas de medicina. La mujer, creyendo que así estaba saldando su deuda con la primera empresa (lo cual no era cierto), entregó 1.300 euros en efectivo y solo recibió un jamón, un lomo y un chorizo.
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