En un giro significativo en el ámbito ferroviario español, el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, informó el 13 de noviembre sobre un notable avance en la puntualidad de los nuevos trenes de alta velocidad Avril, de la serie 106 de Renfe. Desde su implementación en mayo, la puntualidad de estos trenes ha experimentado un incremento de 19 puntos porcentuales, alcanzando un impresionante 79%, lo que significa que cuatro de cada cinco trenes llegan a su destino a tiempo.
Durante una sesión interpelativa en el Congreso de los Diputados, donde el partido VOX impulsó el debate, el diputado José María Figaredo cuestionó al ministro acerca de las acciones que el Gobierno planea llevar a cabo para asegurar la eficiencia y fiabilidad de los servicios ferroviarios en el país.
Puente explicó que la mejora en la puntualidad de los trenes Avril, que sufrieron múltiples inconvenientes en sus primeros meses de funcionamiento, ha sido posible gracias al esfuerzo conjunto de Talgo y Renfe, quienes han "aumentado su compromiso" para optimizar el servicio.
Los datos son contundentes: la puntualidad ha evolucionado de un preocupante 60% hace tres meses, a un 72% un mes atrás, y ahora se sitúa en un sólido 79%. Este progreso refleja una tendencia alentadora hacia la recuperación de la confianza en el transporte ferroviario.
Sin embargo, Figaredo no dejó de señalar los problemas persistentes en la red ferroviaria no alta velocidad. Según sus declaraciones, en la última década los retrasos en los servicios de cercanías en Madrid han aumentado un alarmante 300%, mientras que en Barcelona se han disparado un 135%. Además, advirtió que uno de cada cuatro trenes de media y larga distancia llega con retraso.
El diputado de VOX no escatimó en críticas y recordó incidentes recientes, mencionando que solo tres semanas atrás se produjo un descarrilamiento en Madrid, seguido de un tren de mercancías en Guadalajara y otro en Málaga, mientras que los directos subsidios a Renfe siguen costando a los contribuyentes españoles alrededor de 1.500 millones de euros anuales, según los últimos presupuestos.
En respuesta a las preocupaciones sobre los descarrilamientos, Puente se refirió al incidente de Málaga del 29 de octubre y explicó que fue causado por un desprendimiento de tierras vinculado a las fuertes lluvias de la DANA. "¿Soy yo responsable de que un tren descarrile debido a las tormentas?," se cuestionó el ministro, quien también insinuó que en 2024 se esperan menos incidencias que en el presente año, brindando un rayo de esperanza para el futuro del transporte ferroviario en España.
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