
OVIEDO, 8 de octubre.
En el marco de un Pleno de la Junta General del Principado tenso y cargado de acusaciones, el presidente asturiano, Adrián Barbón, y el portavoz del Grupo Parlamentario Popular, Álvaro Queipo, expresaron sus posturas sobre la actual administración del Gobierno central, centrándose especialmente en el polémico peaje del Huerna. La confrontación comenzó con una pregunta contundente de Queipo: ¿Por qué tolera los abusos del Gobierno de Sánchez en Asturias?
Las réplicas no se hicieron esperar. Queipo acusó a Barbón de nunca oponerse a las decisiones del Ejecutivo central y de permanecer en silencio ante lo que él considera agravios para la comunidad, como el veto a una proposición de ley unánime que busca eximir del IRPF a los ganaderos que reciben ayudas por sacrificio obligatorio. Según Queipo, el rechazo del Gobierno central a esta medida, que podría costar 70 millones de euros anuales, es insignificante comparado con los 23.000 millones que el Estado recauda en exceso.
Queipo fue incisivo al afirmar que Barbón no ha expresado una sola crítica a las acciones del Gobierno de Sánchez. Propuso reiniciar la aprobación de la iniciativa y llevarla nuevamente al Congreso. Además, deslizó críticas hacia el presidente asturiano por su pasividad en temas como la Ley de amnistía y la falta de avances en el transporte ferroviario: “Las fotos están bien, pero parece que trabajar le cuesta", afirmó, al tiempo que cuestionó las "alianzas" que ha forjado Barbón en favor del sector industrial y la infraestructura.
El debate se tornó más intenso al abordar el peaje del Huerna. Queipo reprochó a Barbón su repetido énfasis en la prórroga de 2000 firmada por el Gobierno de José María Aznar, desafiándolo a enfocarse en las soluciones actuales. Afirmó que si pedir disculpas por decisiones pasadas llevara a eliminar el peaje, lo haría de inmediato, aunque enfatizó que la solución depende de una voluntad política más que de aspectos legales.
Barbón, en su defensa, criticó a Queipo por su incomodidad al hablar de este tema y subrayó que, a diferencia de él, el portavoz no se atreve a cuestionar las decisiones del pasado del PP. Afirmó que la prórroga del peaje fue una "tropelía" diseñada para aumentar el valor de una empresa pública y recordó que la Comisión Europea ha respaldado esta posición legal, algo que sus servicios jurídicos están actualmente analizando. Barbón destacó la postura histórica del socialismo asturiano en contra del peaje.
El presidente se comprometió a seguir luchando en el ámbito social, político y judicial, y extendió una invitación a Queipo para que se uniera a la manifestación programada para el 17 de octubre, asegurando que la negociación con el Ministerio sigue en pie y esperan un pronunciamiento favorable del Tribunal de Justicia de la UE.
Queipo, sin dejar de lado sus críticas, también abordó la situación relacionada con los trenes y las promesas incumplidas de la ex secretaria de Estado de Transportes, Isabel Pardo de Vera, quien está bajo investigación. Insistió en que los trenes prometidos para el primer semestre de 2026 parecen no llegarán a tiempo, lo que plantea serias dudas sobre la gestión del presidente.
El portavoz del PP continuó atacando los pactos y alianzas que Barbón ha forjado, recordando sus promesas de establecer reuniones bilaterales continuas con el Gobierno central que nunca se concretaron. Aprovechó para criticar la idoneidad de sus compañeros de viaje, aludiendo a las imputaciones que enfrenta Pardo de Vera. “¿Va a pedir perdón por esos aliados?” cuestionó.
Para cerrar su intervención, Barbón evocó unas declaraciones de José María Aznar sobre la singularidad de Cataluña, enfatizando que su disposición a defender los intereses de Asturias es lo que lo distingue: “Yo no tengo miedo a discrepar y a poner a Asturias por encima de todo”, concluyó contundente.
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