OVIEDO, 2 de octubre. La diputada del Partido Popular (PP) en la Junta General del Principado de Asturias, Gloria García, no ha escatimado críticas hacia el Ejecutivo asturiano este jueves. Su reproche se centra en la reciente designación de la exconsejera de Educación, Lydia Espina, quien ha sido nombrada para un cargo en el Instituto Adolfo Posada, nivel 26, equivalente al de los inspectores de Educación, además de recibir un complemento exclusivo de 1.780 euros.

Durante su intervención, García exigió al Gobierno aclaraciones y el acceso a toda la documentación relacionada con esta contratación. La diputada afirmó que apenas unos días después de solicitar información sobre los puestos, salarios y responsabilidades dentro del Instituto Adolfo Posada, los medios anunciaron el nombramiento de Espina.

La legisladora del PP subrayó la rapidez del proceso: “La dimisión de Espina tuvo lugar el 2 de junio y ya el 5 de junio se inició el procedimiento para cubrir el puesto dejado vacío por Soledad Saavedra, viuda del expresidente Vicente Álvarez Areces. Todo parece quedar en familia”, declaró con tono crítico.

García demandó un examen detallado del expediente sobre la comisión de servicios de Espina, preguntando qué criterios se emplearon en su nombramiento y qué méritos poseían los otros 16 candidatos que, según el Gobierno, también aspiraban al cargo. “Exigimos claridad y transparencia; no es aceptable que una posición de esta importancia termine, una vez más, en manos de un miembro del PSOE”, enfatizó.

Además, la diputada relacionó esta situación con la práctica de “puertas giratorias”, un fenómeno que según ella es recurrente en la administración del presidente socialista Adrián Barbón.

“Lo más curioso es que el Gobierno ha calificado este puesto como de ‘carácter temporal’. ¿Temporal hasta cuándo, hasta las elecciones municipales? Dicen que Lydia Espina desea distanciarse de la política, pero esa afirmación se contradice con su continua participación activa, ya que es secretaria general del PSOE en Villaviciosa. ¿Es realmente posible apartarse de la política y, al mismo tiempo, mantener un rol orgánico tan destacado?”, concluyó García.