24h Asturias.

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Duro Felguera se dirige a Argelia el domingo para reanimar el proyecto de Djelfa y evitar el concurso de acreedores.

Duro Felguera se dirige a Argelia el domingo para reanimar el proyecto de Djelfa y evitar el concurso de acreedores.

Duro Felguera se prepara para un viaje a Argelia este próximo domingo, con el objetivo de avanzar en las negociaciones con la compañía local Sonelgaz, que ha solicitado una indemnización multimillonaria. Esta situación hace eco del complejo contexto económico que enfrenta la empresa de ingeniería asturiana, que busca resolver las tensiones surgidas a raíz del proyecto de construcción de una central de ciclo combinado en Djelfa.

En diciembre de 2022, Duro Felguera presentó un preconcurso de acreedores, una movida estratégica ante la incertidumbre provocada por el arbitraje solicitado por Sonelgaz. Este requerimiento surgió debido a la suspensión del contrato de Djelfa, lo que ha llevado a la compañía argelina a exigir la reanudación de los trabajos y una indemnización que asciende a aproximadamente 413 millones de euros.

La presión sobre Duro Felguera se intensificó tras la presentación del arbitraje ante la Cámara de Comercio e Industria, que ha obligado a la firma asturiana a realizar ajustes significativos en sus resultados financieros desde 2022. La situación ha derivado en la necesidad de provisionar 100 millones de euros, un paso que ha comprometido aún más su estabilidad económica.

En medio de este caos, Duro Felguera se encuentra en conversaciones con la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que podría ofrecer un respiro capitalizando parte de su deuda. Sin embargo, esto vendría con la exigencia de que la empresa presente un plan de reestructuración viable para continuar operando en el futuro.

La SEPI, que inyectó 120 millones de euros en la empresa durante la pandemia, contempla adquirir una porción significativa del capital, lo que convertiría al ente público en el principal accionista. Esta reconfiguración podría redefinir el control sobre la empresa, dado que los socios actuales, las mexicanas Prodi y Mota-Engil México, también están evaluando la opción de solicitar directamente un concurso de acreedores.

Duro Felguera ha confirmado que las conversaciones están en pleno desarrollo, con múltiples reuniones programadas para abordar la crisis. La compañía ha enfatizado que el encuentro del 5 de marzo no fue el último, subrayando su compromiso de encontrar una solución al complicado panorama que afrontan.

Desde que inició el proyecto en Djelfa en 2014, la firma ha enfrentado repetidos retrasos y obstáculos que han desencadenado diversas demandas contra Sonelgaz por incumplimientos contractuales. A pesar de haber firmado un protocolo de acuerdo y una modificación en 2022 que prometía mejorar la situación, el conflicto ha continuado, lo que llevó a Duro Felguera a suspender el contrato en junio de 2023.

Sonelgaz, al oponerse a esta suspensión, no solo reclama sus derechos, sino que también ha generado nuevas complicaciones contables para Duro Felguera, que se ha visto obligada a ajustar su enfoque financiero ante la nueva realidad impuesta por la situación.

La CNMV, consciente de las repercusiones del conflicto, decidió suspender la cotización de Duro Felguera en la bolsa en noviembre de 2023, pero levantó esta suspensión en diciembre, justo cuando la empresa solicitó el preconcurso de acreedores, buscando estabilizar su futuro.

En sus informes financieros recientes, Duro Felguera ha reportado pérdidas sustanciales atribuibles al proyecto de Djelfa, resaltando un impacto negativo que ha dado un giro dramático a su situación, pasando de un balance positivo a pérdidas de casi 49 millones de euros en el primer semestre de 2023.

Como resultado de esta crisis, los activos y pasivos de la empresa han experimentado un deterioro significativo, lo que está complicando aún más su capacidad para operar y atraer inversión. Duro Felguera está reevaluando todos los aspectos del proyecto argelino, considerando las repercusiones económicas de la falta de un reajuste por parte de Sonelgaz y la correspondiente carga de sanciones que pesaran sobre la compañía.