OVIEDO, 1 de mayo. En un reciente comunicado, el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible ha alertado sobre el alarmante estado del puente que cruza el río Sella en Ribadesella, una infraestructura levantada en 1940, que presenta claros indicios de un deterioro acelerado. Según indican las autoridades, cerrar el tráfico para realizar reparaciones es la decisión más eficiente y segura.

En la nota dirigida a los medios, el ministerio detalla que las recurrentes inspecciones han evidenciado una destrucción significativa en las vigas del puente, así como en las coronaciones de las pilas. Estas revisiones han revelado la existencia de grietas y fisuras en diversos puntos del puente, lo que ha llevado a que se registren desprendimientos considerables de hormigón en algunas áreas críticas.

Ante este panorama, las autoridades han declarado que no es factible la opción de sustituir el tablero del puente por mitades, intentando mantener un carril abierto al tráfico. Para llevar a cabo esta operación, se necesitaría un espacio mínimo entre la estructura y la pila, pero el avanzado grado de deterioro en las cabezas de las pilas impide realizar trabajos en condiciones seguras.

El Ministerio subraya que cualquier solución alternativa, que incluyera el desplazamiento de los apoyos del carro lanzador a zonas internas de las pilas, también pasaría por afectar el tráfico actual, lo que descartaría esta posibilidad. La complejidad del proyecto actual supera al alcance de cualquier modificación que se quisiera realizar sin poner en riesgo la seguridad vial.

Además, propuestas que impliquen la reestructuración total de las pilas para adaptarlas a los requisitos técnicos del carro lanzador o el soporte de este en estructuras independientes resultarían en un proceso largo y complicado que implicaría new autorizaciones y la creación de un nuevo proyecto, dilatando aún más la situación.

Por consiguiente, el Ministerio concluye que la solución más práctica y segura es llevar a cabo la reparación del puente de forma inmediata. Esto incluye la sustitución integral del tablero en una sola fase, empleando grúas para facilitar el trabajo y garantizando el paso de peatones en todo momento.

Sin embargo, esta decisión no ha estado exenta de controversia. Ha surgido un debate entre la Delegación del Gobierno, liderada por Adriana Lastra, y el Ayuntamiento de Ribadesella, bajo el mando del PP, por el plan de cerrar la infraestructura durante 15 semanas, lo que representaría una gran complicación para los residentes que dependen de este acceso.

El cierre del puente afecta de manera notable la conexión entre el núcleo urbano de Ribadesella y la playa de Santa Marina, haciendo más difícil el acceso a servicios esenciales para la comunidad. Aunque se consideraron alternativas como la instalación de un puente militar provisional, los expertos y el Ejército desestimaron esta opción por falta de viabilidad técnica y recursos, especialmente tras los recientes desastres naturales en Valencia.