24h Asturias.

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Investigadores del Serida colaboran en estudio global sobre la genética de la judía común europea.

Investigadores del Serida colaboran en estudio global sobre la genética de la judía común europea.

El Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida) ha participado en un estudio internacional para desentrañar la evolución de la judía común en Europa, según un artículo publicado en la revista Nature Communications. El estudio revela que algunas variedades europeas provienen de la hibridación entre alubias americanas de origen andino y mesoamericano, lo que permitió a la especie adaptarse a las condiciones de clima y suelo del territorio europeo.

Hasta el año 1492, no había judías en Europa. Fue durante la expedición de Francisco Pizarro al norte de Perú, en el año 1529, cuando se introdujeron las primeras variedades de esta legumbre, que eran de origen andino. También se importaron de América otras de origen mesoamericano. Ambas variedades han ido evolucionando en ambos continentes de forma paralela, adaptándose a las condiciones del territorio, hibridando y combinándose entre ellas.

Doce centros de investigación agroalimentaria de todo el mundo crearon el consorcio internacional que realizó el estudio, dirigido por Roberto Papa, de la Universidad Politécnica de Les Marches (Italia). La participación española está representada por los investigadores del equipo de Genética Vegetal del Serida Juan José Ferreira y Ana Campa. "Este estudio es muy interesante desde el punto de vista histórico, y además aporta gran conocimiento para los programas de mejora genética. Una de las cuestiones más interesantes es que hasta ahora no se había trabajado con un volumen de muestras tan significativas", ha explicado Ferreira.

Tres proyectos financiados por la Comisión Europea (BeanAdapt, Bresov e Increase) hicieron posible el trabajo desarrollado. "Este tipo de colaboraciones son muy importantes en la ciencia porque nos permiten trabajar en conjunto para solventar problemas globales y aportar soluciones que se adaptan a la realidad local", ha señalado Ferreira. El resultado del estudio revela que se ha producido un intercambio de genes entre los dos acervos genéticos originales: el mesoamericano y el andino, y que, además, ese factor podría haber sido clave para la adaptación y diseminación de la legumbre en Europa.

Las variedades europeas son insensibles al fotoperiodo, mientras que muchas variedades americanas sí son sensibles, es decir, que solo florecen cuando la duración de las horas del día es similar a las de la noche. Para la investigación, se cultivaron distintos tipos de judías en diez entornos diferentes ubicados en tres países: Italia, Alemania y España, siendo el Serida en Villaviciosa, que depende del Gobierno asturiano en este último caso, el lugar elegido para este trabajo de análisis.

En el proceso de análisis, se partió de 10 000 muestras, de las que finalmente se seleccionaron 500 de bancos de semillas europeos y americanos para estudiar sus características genotípicas y fenotípicas. Finalmente, se trabajó con 218 muestras, que fueron sometidas a varios tipos de análisis: metabolómicos, del genoma y de asociación de genes. Ferreira ha explicado que se realizó un "etiquetado genómico" a partir de marcadores SNP. De esta forma, fue posible caracterizar la base genética de los distintos rasgos que presentaban, como el tiempo de floración o el crecimiento en función del entorno. El Serida ha colaborado en varias partes del proceso, tanto en la selección de las muestras, como en el cultivo de parte de las variedades elegidas, clasificación y análisis correspondientes.